lunes, 23 de agosto de 2010

Los deVáters de la tele...

Mi televisión ha crecido. También ha adelgazado. Creo que se ha adaptado a las nuevas exigencias  de la sociedad, esa que ella misma se dedica a vocear, proclamar, divulgar, difundir, publicar y airear. Y por lo visto entretiene, y mucho. Yo la sigo recordando con nostalgia, cuando era joven, cuando se dirigía a mí de forma inocente.  Reconozco que mi familia la componíamos mis padres, mis dos hermanos, la tele y yo. Con ella pasaba buenos momentos, no existía el aburrimiento gracias a sus dotes de seducción, gracias a su habilidad para llamar la atención, pero sabía mantenerse en silencio cuando las circunstancias lo requerían. En cierto modo, era respetuosa conmigo, con mis necesidades, y se adaptaba a mi horario, a mis circunstancias, a mi edad, a mis gustos, a mis necesidades. No recuerdo que me mostrara esperpentos más allá de un león aventurero que quería dar la vuelta al mundo, un independiente erizo gigante  en medio de un pequeño barrio, un simpático perrillo cuya máxima ilusión era convertirse en un valiente mosquetero, un pequeño indio al que le gustaba cuidar ositos, o un niño que por su cuenta y riesgo se las ingeniaba para investigar por el mundo la desaparición de su mamá. A mis padres no les importaba para nada que uno de mis mejores amigos, un tal Daniel, fuera un pillo de cuidado y yo me sentía totalmente seguro de que mi vida no corría peligro puesto que la sobrina y el perro de un agente de policía francés de cortas y largas extremidades, según el caso, velaban por la seguridad de este planeta. Pero mi tele ha crecido y se ha adaptado a los nuevos tiempos. Ha dejado de contar historias que hoy en día parecen absurdas y ha pasado a reflejar la (o su) realidad. Ahora los modelos son otros. Ahora, independientemente de la edad que tengas, puedes observar qué se debe hacer en esta vida para tener éxito, para ser popular, para que se hable de tí (da igual si bien o mal). El éxito radica en la capacidad que tengas en crear polémica, en que tus gritos maleducados superen a los del otro, en que tu intimidad sea un acontecimeinto público. ¿Qué les pedimos a los niños de hoy? ¿respeto? ¿cordura? ¿voluntad? ¿interés? ¿motivación? ¿esfuerzo? ¿sacrificio?...  ya he conocido, desgraciadamente, a algunos que lo tienen claro; no les interesa formarse, ser educados, respetar al prójimo, tener intereses, conocer, explorar... de mayores no necesitarán nada de eso, de mayores trabajarán y triunfarán, en los deVáters de la tele.

6 comentarios:

  1. Si es lo que digo yo, no podemos vivir tan aceleradamente, pues así no tenemos tiempo para pensar y digerir lo que la caja tonta nos muestra. De todas formas, cada cual es libre de elegir el canal que desee ver. Yo el mando lo manejo a mi antojo. Creo que la televisión actual es un buen recurso que contribuye a incrementar el saber y la cultura. Sólo hay que saber elegir el número adecuado en el mando y adoptar una postura crítica evitando la pasiva.

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  2. Por supuesto, de hecho es uno de los recursos más potentes que existen, eso queda reflejado en el post, así como la "importancia" que llega a tener en algunas familias, queramos o no, esta "compañera". Por supuesto que podemos manejar el mando a nuestro antojo pero, crees que todo el mundo tiene ese criterio? crees, además, que en horarios en los que los pequeñines de la casa están teleconectados, sus padres y, en algunos casos ell@s mism@s, tienen esa capacidad crítica de elección? Ojalá fuera así, pero se vende lo que la gente quiere ver y, desgraciadamente, lo que se ve es lo que hay...

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  3. Hola cielo gracias por tu bello comentario en mi luna
    un beso corazon

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  4. Que menos que devolver la vsia que has hecho a mi blog...
    Interesantes "devateres" y tal vez lo sean mas cuando dedidan contar con personas que, no exentas de inteligencia, vivimos en el mundo real y podemos aportar nuestras ironías a esos gallineros en los que nunca se recoge ni un solo huevo

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  5. Visita, leñe...creo que tu blog no habia desayunado y se zampó varias letras, jajajaa y decidan, no dedidan....vamos, que quizás también influye que aun no estoy muy despejada y no he decidido firmemente si ir o no a la pelu

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  6. La televisión no es más que el reflejo de la sociedad. Es así porque queremos que sea así. Es lo que demandamos. Como te decía antes, cada uno es libre de elegir. Por supuesto, muchos peques y no sólo niños, también adultos, no tienen criterios para saber qué elegir. Pero.....¿La culpa es de la televisión? Es inevitable que haya más canales, más información. A las privadas, lo único que les importa es la audiencia y el dinero. Así que sólo ofrecen lo que se les pide. ¿Dónde está el problema entonces? ¿En las escuelas? ¿En los poderes legislativos? Es un tema que siempre me ha preocupado, pues como maestra, sé que tengo una responsabilidad enorme. Si a esta sociedad le queda algo de ética y moral, algunos mandamás de ciertas cadenas televisivas, tendrían que censurar algunos programas que para lo único que sirven es para incentivar a los jóvenes a perder la dignidad por cuatro perras.
    Yo no suelo ver mucho la televisión. También tengo nostalgia de aquellas series y dibujos que me hicieron crecer. Mi padre compró la tele en color para que yo viera a Dartañán mejor. ¡Nunca olvidaré aquel día!

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